En una investigación (publicada en el Clinical Sleep Medicine) se descubrió que dormir regularmente el número de horas recomendado se asocia a una mejor salud general y a un mejor rendimiento en atención, aprendizaje, memoria, estabilidad emocional, calidad de vida y salud mental y física.

Por el contrario, dormir menos horas de las recomendadas puede provocar falta de atención y aprendizaje, además de aumentar el riesgo de hipertensión, obesidad, diabetes, depresión y -en los adolescentes- incluso autolesiones. Dormir regularmente más horas de las recomendadas tampoco es recomendable, ya que a su vez provoca consecuencias negativas para la salud, como hipertensión, diabetes, obesidad y trastornos mentales.

La importancia del sueño para los bebés y niños pequeños

Muchos estudios se ocupan de entender por qué el ser humano necesita dormir a diario para vivir: algunos afirman que las causas son ambientales, otros que se debe a que el cerebro necesita reorganizar las ideas almacenadas durante el día. Así como el sueño es importante para los adultos, lo es aún más para los niños. Para ellos, el sueño les ayuda a crecer: durante el sueño, nocturno o diurno, se estimula la producción de la hormona del crecimiento, indispensable para el correcto desarrollo físico de los más pequeños.

Cómo y cuánto duerme el niño a los 7-9 meses

A esta edad, el niño suele tener un ritmo de sueño-vigilia bastante definido, incluso las siestas diurnas tienden a disminuir.

Por lo general, los despertares nocturnos se producen entre las 21.00 y las 24.00 horas y entre las 3.00 y las 6.00 horas.

Cómo y cuánto duerme el niño a los 7-9 meses

Hay hábitos que, impartidos por los padres de forma inconsciente, pueden favorecer los despertares nocturnos en los niños.

Por ejemplo, si un niño se despierta, mamá y papá pueden darle agua, infusiones, leche o incluso dejarle jugar un rato.

Estos hábitos favorecen los despertares nocturnos del niño en lugar de contrarrestarlos. Lo mismo ocurre con la lactancia materna o el biberón.

Además de su valor nutritivo para el bebé, las tomas nocturnas son a la vez un reaseguro y una forma de recibir placer, por lo que también son un incentivo para despertarse por la noche.

Por ello, a partir de los 9 meses conviene intentar eliminar estos hábitos, reduciendo también las tomas nocturnas, a ser posible no más de una, ya que de lo contrario corremos el riesgo de alterar el sueño de los bebés.

Horas de sueño recomendadas para niños de 9 a 12 meses

Esta es la fase en la que los niños alcanzan hitos de aprendizaje muy importantes.

Los bebés de entre 9 y 12 meses se mueven mucho más, suelen haber aprendido a gatear y a ponerse de pie en la cama y, a menudo, lo primero que hacen después de que los acostemos para dormir es levantarse para ver qué pasa a su alrededor.

Algunos aprenden a andar antes de cumplir un año y esta habilidad también suele interferir con el sueño.

De hecho, todo este movimiento y ferviente actividad pueden cansar mucho más a los niños. Resulta especialmente importante observar los momentos de cansancio y las ventanas de sueño, que son precisamente los momentos en los que el niño está preparado y dispuesto a dormir y en los que es más fácil conseguir que se duerma.

7:00 – 7:30: Hora de despertar, leche materna o biberón y desayuno.

9:00 – 9:30: A esta hora empieza la siesta matinal. Si el niño duerme muy bien durante la noche (11-12 horas ininterrumpidas), puede permanecer despierto hasta las 10.

12:00 – 12:30 h: Comida, sea de teta, biberón o taza.

13:00 – 14:00: Inicio de la siesta de la tarde y al despertar merienda sólida.

17:00 -18:00: Cena con adición de leche de teta, biberón o taza.

19:00 – 19:30: Hora de acostarse, pero antes un pequeño tentempié de leche con la teta o el biberón (hacia los 12 meses se introducen absolutamente las tazas para bebés).

Alrededor de los 9 meses, lo ideal es que el niño siga durmiendo 3 horas durante el día, repartidas entre la mañana y la tarde.

La mayoría de los niños ya no necesitan una tercera siesta por la tarde, sobre todo si duermen bien por la noche y las siestas diurnas funcionan bien.